Un acceso necesario en la autovía: Ciudad Rodrigo - CL526
El viaje entre Salamanca y Ciudad Rodrigo son 88 km. 55 minutos de duración. Hemos olvidado lo que era viajar por allí antes de que se construyera la autovía A-62: camiones, adelantamientos imposibles (especialmente de portugueses que viajaban entre Portugal y toda Europa, que iban cansados y deseando llegar lo antes posible) accidentes con víctimas mortales día sí día también... No me cabe duda alguna del enorme beneficio que supuso en su momento la construcción de la autovía.
No obstante, quienes viven o viajan a un amplio territorio del occidente salmantino no pueden comprender por qué no se construyó un acceso a la autovía en el cruce con la carretera CL-526. Esta carretera pertenece a la Red Básica de la Castilla y León y comunica Ciudad Rodrigo con Coria-Cáceres, además de Fuenteguinaldo, Navasfrías, Casillas, Bodón, Villasrrubias, Peñaparda, Robleda y otros muchos pueblos.
Cada vez que viajamos a Fuenteguinaldo, tenemos que salir de la autovía, atravesar Ciudad Rodrigo, llegar nuevamente la autovía que habíamos dejado más unos km antes y cruzarla por encima para tomar la carretera CL-526. ¿Por qué no se hizo un acceso a la autovía en este punto?
La travesía supone pasar varias glorietas, una zona limitada a 30 km/h con resaltes que hacen botar el coche como una pelota aunque respetes la velocidad, semáforos, un cruce con un stop y otras zonas limitadas a 40 km/h. Aparte del mosqueo por el tiempo que se pierde al tener que atravesar Ciudad y del riesgo de accidentes y de multas si tratas de ir más deprisa de lo señalizado, los mirobrigenses sufren molestias por ruido, contaminación y riesgo de atropello.
Con tráfico normal, según mis experiencias, se tarda de media 8 minutos en atravesar Ciudad Rodrigo, que serían dos minutos si se pudiera ir por la autovía. Pero no es sólo el tiempo que perdemos las miles de personas que tenemos que atravesar por allí. También es el coste. Con un consumo medio urbano, (12 l/100 km) los 5,2 km cuestan aproximadamente 0,95 €. Recorrer los 4,1 por la autovía costarían (6 l/100 km) 0,36 €, es decir, cada coche que pasa gasta 0,59 € de más. Si en un cálculo medio anual, utilizan esta salida 1.000 vehículos al día (10 cada cuarto de hora) el despilfarro sube en un año a 215.350 €. En 30 años 6.460.500 € A este coste hay que añadir el que supone para el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el mantenimiento de vías, la vigilancia (policía municipal) y el valor incalculable de los costes sociales por el riesgo de accidentes y las molestias para todos, conductores y ciudadanos. El tiempo perdido con una ocupación media de dos personas por vehículo, sería entonces de ¡250 años!
El cálculo anterior es sólo una justificación más para construir la comunicación con la CL-526, pero es que realmente no es cuestión de costes. Es una necesidad social y una forma de evitar la frustración y el enfado con nuestros políticos, especialmente con quienes en su momento decidieron que fuera obligatorio atravesar Ciudad Rodrigo, quisiéramos o no.
Me encanta Ciudad Rodrigo y vamos a menudo por allí, pero me revuelve cada vez que me obligan a pasar por una travesía absurda, estúpida. Me gusta ir cuando yo elijo ir, pero me irrita y me pone en contra cuando me fuerzan a perder mi tiempo y mi dinero, y más cuando la solución es tan sencilla: construir un acceso a la autovía en la CL-526.
No se trata de construir una obra faraónica, sino una comunicación sencilla que permita acceder a y desde la autovía. Ahora mismo hay espacio y posibilidades de hacerlo. Un montón de personas agradeceríamos que se rectificase el gran error que supuso no construirla en su momento.
No obstante, quienes viven o viajan a un amplio territorio del occidente salmantino no pueden comprender por qué no se construyó un acceso a la autovía en el cruce con la carretera CL-526. Esta carretera pertenece a la Red Básica de la Castilla y León y comunica Ciudad Rodrigo con Coria-Cáceres, además de Fuenteguinaldo, Navasfrías, Casillas, Bodón, Villasrrubias, Peñaparda, Robleda y otros muchos pueblos.
Cada vez que viajamos a Fuenteguinaldo, tenemos que salir de la autovía, atravesar Ciudad Rodrigo, llegar nuevamente la autovía que habíamos dejado más unos km antes y cruzarla por encima para tomar la carretera CL-526. ¿Por qué no se hizo un acceso a la autovía en este punto?
La travesía supone pasar varias glorietas, una zona limitada a 30 km/h con resaltes que hacen botar el coche como una pelota aunque respetes la velocidad, semáforos, un cruce con un stop y otras zonas limitadas a 40 km/h. Aparte del mosqueo por el tiempo que se pierde al tener que atravesar Ciudad y del riesgo de accidentes y de multas si tratas de ir más deprisa de lo señalizado, los mirobrigenses sufren molestias por ruido, contaminación y riesgo de atropello.
Con tráfico normal, según mis experiencias, se tarda de media 8 minutos en atravesar Ciudad Rodrigo, que serían dos minutos si se pudiera ir por la autovía. Pero no es sólo el tiempo que perdemos las miles de personas que tenemos que atravesar por allí. También es el coste. Con un consumo medio urbano, (12 l/100 km) los 5,2 km cuestan aproximadamente 0,95 €. Recorrer los 4,1 por la autovía costarían (6 l/100 km) 0,36 €, es decir, cada coche que pasa gasta 0,59 € de más. Si en un cálculo medio anual, utilizan esta salida 1.000 vehículos al día (10 cada cuarto de hora) el despilfarro sube en un año a 215.350 €. En 30 años 6.460.500 € A este coste hay que añadir el que supone para el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el mantenimiento de vías, la vigilancia (policía municipal) y el valor incalculable de los costes sociales por el riesgo de accidentes y las molestias para todos, conductores y ciudadanos. El tiempo perdido con una ocupación media de dos personas por vehículo, sería entonces de ¡250 años!
El cálculo anterior es sólo una justificación más para construir la comunicación con la CL-526, pero es que realmente no es cuestión de costes. Es una necesidad social y una forma de evitar la frustración y el enfado con nuestros políticos, especialmente con quienes en su momento decidieron que fuera obligatorio atravesar Ciudad Rodrigo, quisiéramos o no.
Me encanta Ciudad Rodrigo y vamos a menudo por allí, pero me revuelve cada vez que me obligan a pasar por una travesía absurda, estúpida. Me gusta ir cuando yo elijo ir, pero me irrita y me pone en contra cuando me fuerzan a perder mi tiempo y mi dinero, y más cuando la solución es tan sencilla: construir un acceso a la autovía en la CL-526.
No se trata de construir una obra faraónica, sino una comunicación sencilla que permita acceder a y desde la autovía. Ahora mismo hay espacio y posibilidades de hacerlo. Un montón de personas agradeceríamos que se rectificase el gran error que supuso no construirla en su momento.
Comentarios
Publicar un comentario
Por favor, si sabes de alguna actividad de interés de la que no haya informado, comunícala mediante este enlace o envíame uno personal para que la incluya. Gracias.